miércoles, 20 de enero de 2010


Son el fruto de una planta auranciácea técnicamente denominada Cítrus decumana.
Es un árbol originario de la China, cuyos habitantes tenían desde antiguo la costumbre de consumir esta fruta al comienzo de las comidas, a modo de aperitivo. Esta costumbre fue copiada por los americanos, que aclimataron el árbol a su país, haciendo gran consumo de su fruto, al que denominan grape-fruít.
Existen numerosas variedades, los más conocidos son frutos gruesos, de 7 a 10 centímetros de diámetro, forma achatada por los polos, corteza lisa y de color amarillo pálido. Su sabor característico es, a la vez, amargo, ácido y dulce.
Efectos sobre el organismo
Menos ácidos que los limones, menos dulces que las naranjas, los pomelos poseen semejantes propiedades. Su riqueza en ácido cítrico y en vitaminas (C sobre todo) les confiere una plaza importante en dietética, así como sus sales minerales (fósforo, calcio, magnesio, hierro, cobre, manganeso), necesarias entre otras cosas para el crecimiento. Sus hidratos de carbono son muy digeribles. Sus principios amargos y aceites volátiles fortifican los pulmones.
Excelente tónico, el pomelo estimula la actividad física e intelectual. Tiene una acción benéfica sobre el hígado y riñones, favorece el apetito, activa la digestión y la motricidad intestinal según se tome antes o después de las comidas.
En resumen, puede decirse que es un alimento activador hepático, antihemorrágico, aperitivo, depurativo, digestivo, diurético, laxante y refrescante.
Quiénes deben tomarlos
Los pomelos son recomendables en afecciones febriles y pulmonares, resfriados, gripe, etc. También están indicados en casos de anorexia, artritismo, dispepsias, estreñimiento, insuficiencia biliar, intoxicaciones, fragilidad capilar, oliguria y plétora.
Los artríticos, las personas que sufren del hígado, de los riñones o de los pulmones, así como los reumáticos y gotosos, pueden beneficiarse extraordinariamente con una cura de pomelos. Consiste en tomar cada mañana en ayunas, con excepción de cualquier otro alimento o bebida, un grueso pomelo o dos de pequeños, durante 3 semanas, al natural.
Si la alimentación del resto del día se compone exclusivamente de frutas, cereales y verduras, se produce una acción diurética considerable y se ayuda al organismo a purificarse, con gran alivio de hígado y riñones.
QUIÉNES NO DEBEN COMER POMELOS
Las personas afectas de trastornos gastrointestinales agudos. Fuera de esta excepción, los pomelos no tienen contraindicaciones.
Cuándo deben tomar
Durante todo el año, pero principalmente en el período invernal, consumidos al natural o en forma de zumo, los pomelos son tan saludables como agradables.
Al escogerse se preferirán los más pesados y firmes, ya que son los más jugosos.
Cómo deben tomarse
Se parte el pomelo en dos, horizontalmente, con un cuchillo muy afilado. Con el mismo, se hace una incisión circular alrededor de la sustancia blanca que se halla en medio del fruto, para retirarla. Se pasa seguidamente la hoja del cuchillo entre cada gajo a fin de desprenderlos de la película que los envuelve. Se espolvorean de azúcar y se comen con la ayuda de una cucharita. Pueden endulzarse con miel.
No obstante, la manera más corriente de consumirlos es en forma de zumo, tomando 3 vasos al día, antes de las comidas, al natural o endulzado con miel.
Otras propiedades
La corteza del pomelo posee pectina, un principio alcaloideo muy amargo: la naringina, limoneno, pineno, citral y alcoholes naturales. Es útil contra la malaria, pudiendo sustituir a la quinina.
Las flores sirven para preparar infusiones antiespasmódicas y favorecedoras de la transpiración.