Los beneficios que trae consigo el dejar de fumar son mayores que cualquier síntoma provocado por la abstinencia. Por tal razón es conveniente que usted conozca lo que sucede en su cuerpo al abandonar el tabaco:
A los 20 minutos la presión arterial regresa a su nivel normal, lo mismo que la frecuencia cardiaca y la temperatura de pies y manos.
Luego de 8 horas el oxígeno tiene los niveles adecuados para el cuerpo, lo que permite que la respiración sea más profunda y los pulmones se oxigenen de mejor manera.
Después de 72 horas los pulmones aumentan de volumen, lo que mejora la respiración, el sentido del gusto y del olfato, por lo que se puede oler y saborear de manera más adecuada.
12 semanas después de abandonar el hábito mejora la circulación sanguínea, lo mismo que el funcionamiento de los pulmones.
En un periodo aproximado de 9 meses es más notable la recuperación, ya que la tos, la congestión y la sensación de falta de oxígeno se reducen; asimismo, la cilia de los pulmones (pequeños filamentos) crece de nuevo.
Luego de 5 años sin fumar, la persona reduce en un 50% el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón; mientras que después de 10 años, dicho riesgo es similar al de una persona que nunca fumó.
Por otra parte, el riesgo de padecer cáncer de vejiga se reduce en un 50% en tan sólo unos años de haber dejado de fumar, así como el cáncer de la cavidad bucal y del esófago.
Después de 15 años de haber abandonado el hábito de fumar el riesgo de una enfermedad del corazón se reduce hasta llegar a ser igual al de una persona que nunca fumó.
Algunos beneficios adicionales consisten en que usted y su ropa dejarán de oler a humo, podrá establecer mejores relaciones con las personas que lo rodean (al no convertirlos en fumadores pasivos), su capacidad para realizar actividades físicas aumentará y su economía tendrá ciertas mejoras
A los 20 minutos la presión arterial regresa a su nivel normal, lo mismo que la frecuencia cardiaca y la temperatura de pies y manos.
Luego de 8 horas el oxígeno tiene los niveles adecuados para el cuerpo, lo que permite que la respiración sea más profunda y los pulmones se oxigenen de mejor manera.
Después de 72 horas los pulmones aumentan de volumen, lo que mejora la respiración, el sentido del gusto y del olfato, por lo que se puede oler y saborear de manera más adecuada.
12 semanas después de abandonar el hábito mejora la circulación sanguínea, lo mismo que el funcionamiento de los pulmones.
En un periodo aproximado de 9 meses es más notable la recuperación, ya que la tos, la congestión y la sensación de falta de oxígeno se reducen; asimismo, la cilia de los pulmones (pequeños filamentos) crece de nuevo.
Por otra parte, el riesgo de padecer cáncer de vejiga se reduce en un 50% en tan sólo unos años de haber dejado de fumar, así como el cáncer de la cavidad bucal y del esófago.
Después de 15 años de haber abandonado el hábito de fumar el riesgo de una enfermedad del corazón se reduce hasta llegar a ser igual al de una persona que nunca fumó.
Algunos beneficios adicionales consisten en que usted y su ropa dejarán de oler a humo, podrá establecer mejores relaciones con las personas que lo rodean (al no convertirlos en fumadores pasivos), su capacidad para realizar actividades físicas aumentará y su economía tendrá ciertas mejoras
El hábito de fumar es causa de unas 25 enfermedades comprobadas, siendo sobre todo responsable de:
El 30 % de todas las cardiopatías coronarias.
El 80 - 90 % de todos los casos de Enfisema-Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC)
El 30 % de todas las muertes por cáncer.
El 90 % de los casos de Cáncer de pulmón
El 70 % de cáncer de laringe.
El 50 % de cáncer en boca.
El 50 % de cáncer de esófago
El 30 - 40 % de cáncer de vejiga.
El 30 % de cáncer de páncreas.
Los no fumadores que conviven con fumadores tienen un riesgo 35 veces mayor de contraer cáncer de pulmón que aquellos que no conviven con fumadores.
El 42 % de los niños con enfermedades respiratorias crónicas es fumador pasivo.
En el mundo unos 100.000 niños y jóvenes por día se convierten en fumadores. Son los que la industria tabacalera nombra como sus "fumadores de reemplazo", porque van sustituyendo a los que desaparecen prematuramente.
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