domingo, 20 de septiembre de 2009

La leche de vaca ¿es tan sana como dicen?

Desde niños hemos escuchado que la leche es uno de los alimentos más completos y fundamentales de la dieta. Hay que bebe leche para crecer, para ponerse fuerte, para cuidar los huesos... Sin embargo, hay personas que tienen intolerancia a la lactosa y algunos especialistas llegan a ser muy críticos con este producto.
Para aclarar dudas, el portal alimentacion-sana.com ofrece una visión global con los pros y contras de la leche.
Hay mucha propaganda, muchos doctores y gente especializada en nutrición que recomiendan y hasta insisten en que se consuma leche de vaca porque aseguran contiene proteínas y calcio "indispensables" para las necesidades del organismo. Sin embargo, hay que saber que nuestro estómago no está adecuado para este alimento.
Existen dos enzimas, la renina y la lactasa, que son las encargadas de descomponer y hacer digestible la leche de vaca. Dichas enzimas, en casi todos los seres humanos, dejan de producirse alrededor de los tres años. Cuando la leche entra al organismo y no encuentra dichas enzimas, sucede que el estómago tiene que hacer esfuerzos considerables por digerirla y, a pesar de su enorme trabajo para que el alimento sea asimilado, no lo consigue del todo, así que la leche se queda en los intestinos adherida como una especie de pasta difícil de remover.
Con el tiempo, estas adherencias se fermentan, se secan, se hacen una especie de costra que, con los años, da lugar a severas innumerables enfermedades, entre las cuales encontramos problemas de la tiroides, diabetes, alergias de todo tipo, intolerancia a ciertos alimentos, excesos de flemas y mucosidades, tos y catarro, etcétera.

Datos a tener en cuenta:


la leche de vaca ya no es la leche de hace años. Actualmente contiene muchos químicos, hormonas, pesticidas, antibióticos, etc. que no se notan en el vaso de leche blanca. La leche se vuelve ácida en el cuerpo humano debido al calor del organismo y a que tiene que pasar mucho rato ahí dentro, debido a la dificultad de su digestión.
La leche que no está pasteurizada es muy peligrosa, ya que fomenta las bacterias. La leche pasteurizada a altas temperaturas pierde casi por completo todos sus nutrientes y la grasa animal se satura, lo que la hace dañina y perjudicial para la salud.

¿Realmente necesitamos beber leche?

El experto de alergias Jonatan Brostoff, profesor y autoridad principal en alergias e intolerancias del alimento, del King’s College, Londres, responde que no: “Nos programaron para la leche de vaca” ¡Somos la única especie que continúa bebiendo la leche después de que hayamos parado el amamantamiento y somos la única especie que bebe la leche de otras especies!".
Una de las causas de porque los seres humanos pueden ser intolerantes es que no producen lactasa o enzima del azúcar de la leche.

El profesor Brostoff dice que el 75% de la población del mundo - encontrada principalmente en la India, África y China - no producen esta enzima después de la edad de 11 ó 12 años, haciéndolos intolerantes a la leche.
”El ser intolerante a la leche es normal,” explica, “es solamente en Europa occidental y América que podemos tolerar la leche siendo adultos debido a una mutación genética.”
Sin embargo, la jefa de Nutrición en el Hospital Real de Brompton de Londres responde que sí: "Necesitamos beber la leche como parte de una dieta equilibrada sana, y que no debe faltar dentro de los alimentos vitales.
Hay un cierto excedente en la confusión si la leche es mala. Alguna gente puede decidir no beberla -como los vegetarianos- pero no aconsejaría a alguien eliminarla de su dieta a menos que haya una razón válida, como una alergia diagnosticada.”
Isobel sostiene que eliminar un grupo de alimento en nuestra dieta puede hacer mas probable la reacción a ella. “Si cortas algo de tu dieta, y entonces por error te expones a ella repentinamente, eres más probable de tener una reacción alérgica que si te expusieras en todo momento.”

Si no quiero leche, ¿que consumo?

Entre los derivados de la leche se encuentra la mantequilla, el queso, la crema,y el yogur. Es difícil cuando uno está acostumbrado a estos alimentos, quitarlos de la dieta, sobre todo cuando hemos crecido bajo una cultura alimenticia que nos acostumbró a ciertos alimentos.

A continuación ofrecemos una serie de consejos para que se puedan sustituir la ingesta de leche de vaca: tomar lácteos de base vegetal.
En la actualidad existen muchos productos, ya sea en polvo o líquida que la promueven; el yogur se puede sustituir por yogures que venden en las tiendas naturistas o por búlgaros; el queso de vaca puede ser sustituido por el famoso Tofú, el cual se puede preparar en diversas recetas; si se siente mucho antojo por un queso hecho con leche de vaca, es preferible tomar requesón o el queso blanco (fresco) siempre que no estén muy salados.
Además, hay que recordar que el brócoli, las nueces, las verduras de hoja verde oscura, el amaranto, la miel, la avena, la naranja, el polen, la alfalfa, la levadura de cerveza, el coco, las almendras (sobre todo las almendras) son alimentos ricos en calcio.

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